Pausa para reflexionar sobre el año pasado

A medida que un año llega a su fin y comienza otro, tómese un tiempo para reflexionar sobre el año pasado. Desde echar la vista atrás a las lecciones aprendidas hasta los nuevos recuerdos creados, asegúrese de hacer un chequeo consigo mismo este mes.



Cuando un año llega a su fin y comienza otro, puede que se detenga a reflexionar sobre el año que se acaba. Es natural que esta práctica de reflexión resulte en una serie de emociones. El último año no ha sido fácil. Tómese tiempo para felicitarse por todos sus logros, tanto los grandes como los pequeños. Celebre las cosas que salieron bien, rememore sus momentos favoritos con amigos o familiares y recuérdese las cosas que le dieron alegría durante lo que puede haber sido un año difícil.

Las siguientes preguntas pueden ayudarle a orientar su reflexión sobre el año transcurrido. Piense bien sus respuestas o, mejor aún, escríbalas en un papel:

1. ¿Qué lección se ha llevado de este año?
2. ¿Qué es lo que ha aprendido sobre sí mismo?
3. ¿Qué es lo que más agradece este año?
4. ¿De qué se siente más orgulloso?

Inevitablemente, puede que haya partes del año pasado que, por la razón que sea, no hayan salido exactamente como quería. Puede que haya lecciones que desearía haber aprendido antes, cosas que desearía haber hecho de otra manera o resultados que desearía que fueran diferentes. Mientras se toma su tiempo para reflexionar, puede que se encuentre lidiando con una dura crítica interior. A menudo tenemos creencias negativas, a veces fuera de nuestra conciencia inmediata, que pueden repercutir en nuestras emociones y comportamiento, por eso es importante revisar nuestro pensamiento:

Identificar los pensamientos autodestructivos: El primer paso es la conciencia. Si se da cuenta de que está siendo crítico, haga una pausa y tome nota de lo que se está diciendo a sí mismo. Incluso puede notar que un pensamiento negativo como “Siento frustración por no haber alcanzado ese objetivo” lo lleva a tener pensamientos negativos adicionales como “No soy lo suficientemente bueno o inteligente para lograrlo”.

Escribir sus pensamientos: Anotar los pensamientos negativos a medida que surgen puede ayudarle a exteriorizarlos. Al exponer sus pensamientos a la luz del día, puede empezar a verlos como lo que son: simples pensamientos.

Desafíe sus pensamientos: A menudo tratamos nuestros pensamientos como hechos, pero que usted lo piense no significa que sea cierto. Nuestros pensamientos deben resistir el escrutinio. Así que, si descubre que su crítico interior le lleva a sentirse negativamente consigo mismo, considere la posibilidad de preguntarse: ¿Hasta qué punto es acertado este pensamiento? ¿Cuál es el impacto de este pensamiento? ¿Qué pensamiento es más útil y fortalecedor?

Reformular: Vea si puede sustituir su pensamiento por una evaluación más equilibrada, realista y útil. Por ejemplo, “Fracasé por no haber alcanzado ese objetivo” podría convertirse en “No he alcanzado todos los objetivos que me había propuesto, pero ha sido un año realmente desafiante y he aprendido mucho sobre lo que puedo hacer de forma diferente la próxima vez”.

Entrenar a su crítico interior: Si sigue estos pasos, podrá cambiar su voz interior de crítica a equilibrada e incluso motivadora. Puede realizar este trabajo por su cuenta o con la ayuda de un terapeuta.


Si usted o alguien que conoce tiene dificultades, su programa de apoyo a la salud mental está aquí para brindarle apoyo. A continuación, haga clic en su país para saber más sobre los recursos que tiene a su disposición.